La planta de jade (Crassula ovata) requiere cuidados sencillos para prosperar. Necesita luz natural, un sustrato con buen drenaje, riego moderado y protección del sol fuerte en verano y del frío excesivo en invierno.
- Luz: La planta de jade necesita abundante luz natural, idealmente 4 a 6 horas diarias de luz brillante. Una ventana orientada al norte, este o poniente puede ser ideal, especialmente durante el verano, evitando la luz solar directa intensa. En invierno, puede tolerar más sombra, pero es importante que no esté en un lugar oscuro.
- Sustrato y Riego: El sustrato debe ser bien drenado, como una mezcla para cactus y suculentas. El riego debe ser moderado, solo cuando el sustrato esté completamente seco, para evitar que las raíces se pudran.
- Temperatura y Humedad: La planta de jade tolera bien las temperaturas templadas a cálidas, pero no las heladas. En invierno, hay que evitar el exceso de humedad para que las raíces no se pudran. En verano, es recomendable protegerla del sol fuerte durante las horas de mayor intensidad.
Otros consejos:
- Fertiliza la planta una vez al mes durante la temporada de crecimiento (primavera y verano) con un fertilizante diluido para suculentas.
- Podar la planta para mantener su forma y estimular el crecimiento.
- Si vas a tenerla en el interior, considera colocarla cerca de una ventana y moverla de posición para que reciba luz suficiente, o puedes utilizar luz artificial suplementaria.
- Puedes aprovechar el clima templado para tener la planta en el exterior durante la mayor parte del año, protegiéndola del frío y del sol fuerte.
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